¡Hola! Soy Camila Poch Sagner . Tengo 33 años, estoy casada, soy Ingeniero comercial y el 2023 me vine sola a Chicago a hacer el MBA de un año de Kellogg.
La idea de hacer un MBA inició cuando estaba en la Universidad, sin embargo, me llevó muchos años tomar la decisión y hacerla realidad. Esta historia la escribo especialmente a aquellas profesionales que saben que tienen el potencial para desarrollar su carrera a través de un MBA, pero no se sienten seguras de como un MBA internacional calza en sus planes familiares.
Partí mi carrera como analista en Entel, donde al año renuncié para acompañar a mi pololo (actual marido) a hacer su MBA en INSEAD. Ese año fue mi primera aproximación a las herramientas que me podría entregar un MBA. Eso se fue complementando cuando volví a Chile y comencé a trabajar en consultoría Estratégica, donde la gran mayoría estudia un programa de este estilo. Al volver al mundo corporativo ese bichito se mantuvo, sin embargo, mis propias creencias me impedían hacer un MBA.
Mis excusas eran múltiples y muy convincentes: Acabo de ser promovida y no puedo dejar mi trabajo ahora; El MBA es muy caro y no lo voy a poder pagar; el dólar ha subido mucho y no es conveniente; Mi marido ya hizo su MBA y no creo que vaya a apoyarme en esta decisión; Quiero tener hijos pronto y si hago el MBA voy a tener que esperar muchos años más.
Cada vez que veía a mis amigos, ex compañeros de universidad, ex compañeros de trabajo ir a estudiar al extranjero internamente pensaba ‘esa podría ser yo’, pero me seguía autoconvenciendo de que tenía otras prioridades y tenía un plan armado de vida.
Lamentablemente ese plan de vida no lo pude concretar de la manera que yo quería. A finales de 2021 me diagnosticaron cáncer (¡no se preocupen, salió todo bien!) y eso me hizo poner las cosas en perspectiva. A mitad de mi tratamiento reflexioné sobre las cosas de las que me arrepentía no haber hecho – y el MBA era una de ellas. Conversando con mi marido me di cuenta de que siempre había tenido su apoyo y que tener una familia no es excluyente a estudiar en el extranjero. Decidimos que lo íbamos a hacer funcionar.
Pusimos el plan en marcha: Mucho estudio y preparación. Cuando fui aceptada en Kellogg, con mi marido armamos un calendario de visitas que nos permitiera pasar tiempo juntos, el cual nos ha funcionado muy bien.
¿Por qué elegí Kellogg? Primero, Kellogg ofrece un MBA acelerado de un año lo que me ha permitido apalancar mis 8 años de experiencia laboral de manera más eficiente. Además, tiene una malla académica muy fuerte en temas de Healthcare, que es lo que quiero hacer a mi vuelta a Chile. Por último, porque su cultura se caracteriza por ser muy colaborativa.
Este programa ha superado con creces mis expectativas.
1) El formato de aprendizaje es muy balanceado; Las clases que he elegido utilizan el estudio de casos, cátedras y también aprendizajes experimentales, en donde nos exponen a simulaciones que nos permiten aprender haciendo.
2)Los aprendizajes que he tenido con relación a Healthcare han sido más allá de la sala de clases; En el MBA he participado en Competencia de Casos donde he propuesto estrategias de lanzamientos de nuevos fármacos en mercados como China y Estados Unidos, Asistí a la Conferencia Anual de Healthcare donde aprendí sobre value-based healthcare, y para el próximo trimestre tendré un proyecto de consultoría estratégica para un proveedor de salud acá en Estados Unidos.
3) La ubicación del Campus y su infraestructura permiten que los estudiantes sean muy unidos; La ciudad (Evanston) es pequeña y te permite poder compartir con tus amigos y compañeros. Mis días parten junto a mi mejor amiga en el gimnasio del campus, luego preparo mis clases y trabajos, a la hora de almuerzo participo en eventos organizados por estudiantes, entremedio voy a clases, al terminar las clases ceno con mi marido y amigos, para finalmente ir a los eventos nocturnos de los distintos clubes.
4) Mis compañeros son extraordinarios líderes que impulsan muchas actividades en la Universidad. Son personas con las que comparto muchos valores. Este tiempo no solo he aprendido de sus experiencias, también me han ayudado cuando he tenido dudas con la materia, me apoyaron en mi proceso para encontrar trabajo en Chile, me han levantado el ánimo cuando me he sentido sola, se han bancado mis locuras y apañado mis ideas.
A un par de meses de graduarme puedo decir que mis aprendizajes en el MBA han sido múltiples y diversos. Es una experiencia tremendamente valiosa que ha valido el esfuerzo familiar y financiero. Estoy orgullosa de haber optado por la decisión de hacer un MBA internacional e invertir en mi desarrollo profesional.
Si estás pensando en postular, tienes dudas del proceso o sólo quieres conversar, contáctanos en nuestras redes sociales @womenmbachile (Instagram o LindkeIn)!