Mi nombre es Carolina Villa, soy Arquitecto de la Universidad del Desarrollo y estudié MBA en EAE Business School, Barcelona. En pregrado, fui primera de la generación, y debo decir, egresé con gran ilusión y altas expectativas de lo que sería la vida profesional como Arquitecto. Si bien no estuvo exenta de logros, personalmente, estuvo muy alejada de lo que suponía que fuese el ejercicio Laboral. Este punto fue determinante a la hora de analizar cómo me proyectaba en lo profesional, y que era lo que realmente quería hacer. Tenía la certeza, acerca de mis competencias clave, pero, ¿dónde quería trabajar?; Baraje opciones, algunas las deseché rápidamente, caí en cuenta que la Arquitectura no sólo se reduce al diseño, sino también, tiene cabida en otras áreas, e inclusive en ámbitos muchísimo más corporativos. ¿Cómo llegaba hasta ahí?.
Convicción y capacitación, para poder desarrollarme profesionalmente, debía obtener nuevas herramientas que me hicieran crecer. Bajo esta premisa, es que opté por un diplomado en Gestión y desarrollo Inmobiliario, que me permitió dar un vuelco totalmente inesperado, el qué sin lugar a duda, redirigió mi carrera y me insertó en el mundo de la Banca, en ese entonces, mundo totalmente desconocido para mí, (y tal vez, para muchos arquitectos también). Así, durante 6 años, realicé gran parte de mi carrera en la banca, me esmeré en capacitarme en el área del Real Estate, desempeñé varios cargos, con desafíos en distintos ámbitos, y tuve la oportunidad, de poder liderar mi propio equipo, logro trascendental, que recuerdo con gran satisfacción, y que me impulso a buscar un master que me entregara las herramientas necesarias, tanto para el liderazgo, como para desenvolverme en otras áreas.
Así, comenzó mi búsqueda, realicé todas las pruebas, en las dos universidades de Santiago, que eran de mi interés. Estudiar en Chile significaba ingresar al programa executive, que tenía como duración 2 años estudiando y trabajando al mismo tiempo, lo cual significaba un desgaste no menor, y sin duda un gran punto en contra. Conversando con mi marido, (arquitecto también, con él que en ese entonces ya llevábamos 9 años juntos), nos dimos cuenta que ir a estudiar a otro país, podría ser una alternativa, nos permitiría estudiar 100% enfocado en ello, y la duración no sería tan extensa como en Chile, vivir fuera tenía la ventaja del enriquecimiento cultural, nos abriría nuevos horizontes, nos permitiría el pensar “outside the box”, ampliando también, nuestra red de contactos, en fin; Así fue cómo, con las cartas arriba de la mesa, tomamos la decisión de irnos a estudiar fuera de Chile, algo que siempre estuvo en nuestros planes, y que con el tiempo habíamos postergado.
Juntos, tomamos la decisión familiar, y personal, de ir a estudiar a otro país, Barcelona, (ciudad emblemática para todo arquitecto). La elección de mis estudios se determinó por el país, y porque junto con los estudios base, me permitirían especializarme en Project Management. Entré a estudiar un MBA, en EAE Business School, siendo yo, un background muy diferente a lo usual, una arquitecta, entre muchos ingenieros comerciales; podría comentarles muchísimos temas que probablemente coincidan con las otras historias que se han expuesto, como el salir de nuestra zona de Comfort y como el MBA te hace crecer y te transforma incluso, desde un ámbito personal, pero sin duda, mi experiencia, fue poco común, sorpresivamente, me tocó vivir la pandemia en otro país. Tuve la oportunidad, de realizar gran parte de los estudios, meses antes del lockdown, lo que me permitió consolidar amistades, qué de una manera u otra, se convirtieron en nuestra familia (Hasta el día de hoy).
No les voy a mentir, las primeras semanas, fueron de mucha incertidumbre, como serían los electivos?, como serían las clases online?, muchos pensarán, que nos coartaron ésta experiencia de viajar y vivir fuera, pero a lo que a mi respecta, fui de cierta manera muy afortunada, a esa altura, ya contábamos con amistades lo suficientemente “afiatadas”, lo cual nos hizo sentirnos siempre muy acompañados, el lockdown, no duro mucho, y tuvimos la suerte, de poder “vivir” realmente las ciudades, sin turistas. Algo totalmente único, e irrepetible. Tomar desayunos frente a la catedral, trotar por las ramblas, caminar por Passeig de Gracia, recorrer ciudades y tenerlas prácticamente para uno. Cualquiera que ha estado allí, (en cualquier época del año), sabe que es imposible.
Probablemente, tuve que esforzarme más que el resto de mis compañeros para alinearme y estar a la par en tantos temas diversos y desconocidos para mí. Pero también, parte de mis conocimientos fueron de interés para otros, me encontré con personas relacionadas al real estate en áreas tan variadas, desde el ámbito comercial, hasta lo legal; Y aquí es cuando, se ve reflejado la retribución de aprendizaje y experiencia, que te entrega estudiar un MBA, no son sólo un montón de asignaturas, sino que también, parte de su valor, es el enriquecimiento uno a uno.
Hoy quiero alentar a otras mujeres profesionales, con un background no comercial, que postulen a estudiar un MBA, que la carrera que estudiaron no es un limitante, por el contrario, es una herramienta que sumado al MBA se convierte en un importantísimo valor agregado, que puede reconducir y posicionarte en otro status. Te permite tener un abanico de oportunidades, ser un profesional versátil, no sesgado únicamente a tu carrera “base” y sin duda, ser un candidato sumamente interesante a la hora postular.
Las animo a proyectarse a realizar distintas cosas y explorar diferentes rubros; se los aconsejo de cerca, un arquitecto no sólo dibuja y diseña, también evalúa proyectos inmobiliarios, y así como yo, puede trabajar en un rubro muy distinto, 100% financiero, como la Banca.
Si estás pensando en postular, tienes dudas del proceso o sólo quieres conversar, contáctanos en nuestras redes sociales @womenmbachile (Instagram o LindkeIn)!