Mi nombre es Paulina Alcalde, la mayoría de las personas me conocen como Poli. Tengo 32 años, soy Ingeniero Comercial de la Universidad de los Andes (CL) y acabo de terminar mi MBA en la University of Sydney
Mi decisión de por qué estudiar un MBA tiene varias razones la verdad, pero principalmente había tres. En primer lugar, ya con un par de años en el mercado laboral, empecé a sentir la necesidad de trabajar mis habilidades blandas, liderazgo y el trabajo en equipo. Segundo, porque quería un salto en mi carrera profesional. Y tercero, porque con Arturo, mi marido, queríamos tener la experiencia de estudiar fuera de Chile para así vivir un par de años en el extranjero.
¿Por qué Sydney?
Esta pregunta me la hicieron muchas veces en Chile cuando contaba que había postulado a un MBA en Australia, ya que, en Sudamérica, los Másters que existen tanto en Australia como en Asia son bastante desconocidos.
Por un lado, tenía que encontrar un lugar que combinara mis estudios con el desarrollo profesional de Arturo. Un lugar donde mi visa de estudiante le permitiera a él trabajar. Además, yo quería estudiar un MBA en el que no tuviera que pasar otra vez por la carrera de Ingeniería Comercial. Yo buscaba un Máster con diversidad, desarrollo de habilidades blandas, mucho trabajo en equipo, presentaciones, ramos en los que me descolocaran en el sentido de estudiar cosas nuevas, pudiendo aplicar todo lo que ya había estudiado en mi pregrado. Esto último fue otro “check” que Australia me estaba ofreciendo cuando estudiaba las mallas de las universidades. Finamente, Sydney es un lugar muy atractivo para vivir, con sus enormes playas por todas partes, calidad de vida, y seguridad, entre muchos otros beneficios.
¿Cómo fue mi experiencia como estudiante nuevamente?
Si tuviera que elegir una palabra para responder esta pregunta diría: INTENSIDAD. Mucho trabajo en equipo e individual, mínimo dos por ramo. Tuve que escribir muchos ensayos, algo totalmente nuevo y difícil para mí. Pero aprendí, y aprendí muchísimo, y encontré lo que estaba buscando. En muchas clases me sentía incómoda con los trabajos, no sabía por dónde empezar. Ramos de Design Thinking, Critical Thinking, Liderazgo, entre otros, no me hicieron el MBA muy fácil en el sentido de que eran cosas totalmente nuevas y desafiantes para mí. Había materias muy abstractas en las que tenía que salir de mi zona de confort y mirar más allá para poder cumplir con lo que me estaban pidiendo. Aprendí mucho de Power Point, infinitas aplicaciones que ayudan con los trabajos, editar videos e incluso el uso de Chat GPT.
En el ámbito más social, tenía muchas actividades en grupo, con compañeros de todas partes del mundo, lo que significó un gran desafío. El choque cultural de los primeros días y el primer mes es muy fuerte. Te topas con gran variedad de personalidades e historias: gente que viene escapando de sus países, personas que sólo piensan en ellos, personas que creen que la mujer no tiene opinión e incluso, algunos que vinieron a Australia solo por vivir en este país. Cada día en el MBA es una experiencia y aprendizaje nuevo. Uno crece como profesional, pero sobre todo como persona. El estudiar fuera de tu país y con personas de distintos países y culturas, te enseña la tolerancia, el respeto y sobre todo la humildad.
Durante mi Máster los profesores, ex alumnos y los mismos alumnos, siempre hablaron de la importancia del networking, algo que yo empecé fuerte 7 meses antes de terminar mis estudios. La universidad nos asignaba un coach quien nos guiaba con el curriculum, LinkedIn, entre otros, y por mientras, yo les escribía a personas de la industria financiera a través de LinkedIn para que nos juntáramos a tomar un café, algo que se usa mucho en Australia. Algunos responden, la mayoría no. Pero cuando consigues tu primer café, la satisfacción propia no te la quita nadie y ahí es donde empieza tu camino de networking. Al mismo tiempo, me inscribí en organizaciones como WIF (Women in Finance) y cada cierto tiempo hacen eventos en Sydney a los cuales me invitan a participar.
A través de todas las personas que fui conociendo me di cuenta que ser mujer en la industria financiera es algo que se está valorando cada día más, que las empresas quieren contratar más mujeres, que están trabajando en “gender equality” y más y más mujeres están atreviéndose a entrar a este mundo de las inversiones.
Es por eso que quiero invitar a todas las mujeres a atreverse a dar este paso. Australia ofrece muy buenas oportunidades para estudiar, además de una excelente calidad de vida con potenciales oportunidades laborales. La mujer es muy bien recibida aquí, sobre todo en la industria financiera. Las empresas aquí nos quieren, y qué mejor que mujeres preparadas y con buena educación, que es lo que un MBA te entrega. Creo que si lo que están buscando es darle una oportunidad a tu carrera profesional, a tu matrimonio y a una buena calidad de vida, Australia es tu opción.
Si estás pensando en postular, tienes dudas del proceso o sólo quieres conversar, contáctanos en nuestras redes sociales @womenmbachile (Instagram o LindkeIn)!
