Conoce a Cami González. Ingeniero Civil y MBA Candidate de Stanford GSB

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Conoce a Cami González, MBA Candidate de Stanford GSB

A todas las que estén pensando en hacer un MBA y a las valientes que hoy lo están haciendo, les quiero compartir mi historia. Este es un ejercicio de vulnerabilidad que espero inspire a más mujeres a tomar un desafío como este y también demuestre que no hay un solo camino o molde para quienes hacen un MBA en el extranjero.

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Sobre mi

Mi nombre es Cami González, Chilena, tengo 31 años y actualmente estoy haciendo un MBA en Stanford GSB. Vivo en Palo Alto, California, con mi marido y Defi, mi perrita que adoptamos en la pandemia.

Estudié Ingeniería Industrial en TI en la Católica. Trabajé en Boston Consulting Group (BCG), en Gobierno Digital y en NotCo antes de empezar mi MBA. Durante el verano hice mi internship en Google y acabo de comenzar mi segundo año de MBA, junto con el desafío de ser co-presidenta de Women MBA Chile.

Mi camino hacia el MBA

Comencé mi experiencia laboral trabajando en Consultoría y para ser honesta, no tenía un plan de carrera a largo plazo muy claro, pero en esta industria hacer un MBA es un paso importante en tu desarrollo de carrera y los incentivos estaban claros para mi: Todos los managers de BCG tenían un MBA en el extranjero, todos los gerentes generales o personas senior de los clientes con los que trabajaba tenían un MBA en el extranjero, y todos mis pares estaban planeando hacer un MBA.

Desde esta óptica (y esto es una mirada personal), no hacer un MBA me dejaba en desventaja en el camino de ser un líder en las grandes empresas de Chile y Latinoamérica. Esto, obviamente, no es cierto para todos los casos pero para mi, era una experiencia y un reconocimiento que está altamente valorado, y que no quería dejar de tener.

Además, todos los que hicieron un MBA en el extranjero hablaban con pasión y emoción de su experiencia, describiéndolo como “los mejores dos años de mi vida” y “el lugar donde aprendí más de mí mismo”. Esto significó un incentivo adicional, ya que no solo agregaba valor a mi desarrollo profesional, si no que también iba a ser una experiencia increíble para mi desarrollo personal.

Por último, hay un factor que fue clave en mi decisión: Todas estas personas con MBA que describí más arriba.. eran hombres. En mi círculo, habían muy pocas mujeres y las pocas que había en posiciones senior habían realizado un MBA. Tomé esto como un desafío personal de aumentar el número de mujeres, queriendo asegurarme que esta no fuera una razón más por la baja participación de mujeres en cargos de liderazgo.

Stanford GSB, mi universidad soñada

El proceso de postular a un MBA en el extranjero es LARGO. La preparación generalmente parte 1,5 años antes de la fecha real de entrada, y requiere hacer una prueba matemática/verbal, escribir ensayos y un test de inglés.

GSB (Graduate School of Business) es el nombre del MBA en Stanford y era mi escuela soñada. Ubicada en Silicon Valley, a pocos minutos en bici de Google, Facebook o LinkedIn, el programa tiene un gran foco en tecnología, es líder en desarrollo de habilidades blandas y recluta un perfil de estudiantes con la intención de hacer un cambio en el mundo. Su lema “Change lives, Change organizations, Change the world” resonaba y aún resuena conmigo.

Fue muy emocionante cuando recibí la llamada de aceptación. Mi esposo aún se ríe de mí porque no logré decir nada coherente en la llamada mientras saltaba por la casa de felicidad. Fui aceptada para entrar en 2020, pero debido a la pandemia, postergué mi entrada para 2021.

Aunque para mi esta escuela cumplía mis requisitos, la decisión es 100% personal, hay muchos programas increíbles en Estados Unidos y Europa, y la elección depende de que buscas y quien eres.

MBA, una experiencia de crecimiento personal

Acabo de empezar mi segundo año de MBA y la experiencia ha sido increíble pero completamente distinta a lo que yo esperaba. Déjenme resumirlo en cuatro puntos:

Hacer un MBA no son  vacaciones. Repito, no son vacaciones.

Creer que el MBA son vacaciones es el mito más falso que pueden escuchar (que yo me creí). En mi experiencia (y sé que en otros programas es similar) la carga académica es significativa, la cantidad de tareas y proyectos te toma la mayor parte del tiempo. Y tiene sentido, estamos aquí para estudiar. Creo que la clave para mi fue definir a qué clases les quería poner un extra esfuerzo, y a cuales solo quería dedicarles lo mínimo. En mi opinión, el gran aprendizaje del MBA viene de las experiencias, de las personas con las que te rodeas y de los riesgos que tomas. Las clases son interesantes, y hay algunas que pueden abrir tu perspectiva del mundo, pero son solo una parte de la ecuación.

Un grupo de personas IMPRESIONANTES

A pesar de que era imposible estar en todo, cada persona que he conocido es INCREÍBLE y les prometo que no es una exageración. Son personas brillantes, genuinas y con un real deseo de cambiar el mundo (y claramente todo el potencial para hacerlo). Desde bailarines profesionales, jugadores olímpicos, maestros de ajedrez, escritores con premios pulitzers, políticos, emprendedores y tanto más. Cuando estoy frustrada por todos los casos que tengo que leer, pienso en todas estas increíbles conversaciones y me repito: “Por esto estoy aquí”.

El miedo a perderme algo o FOMO: Fear of missing out (Aquí se usan muchos acrónimos, pero este en particular me gusta mucho)

El miedo a quedarse afuera por perderse algún evento comienza al momento que eres aceptado, el segundo después de que cortas la llamada con la persona de admisiones, tienes +100 eventos en el calendario que no quieres perder. Desde charlas de tecnología, workshops de innovación, clases de liderazgo, café con ex alumnos, reuniones de clubs, entrevistas de internship, midterms, ayudantías, fiestas, beer pong eventos, más fiestas y hasta entrenamientos para maratón. La actividad social, académica y profesional es infinita.

El FOMO de estar en todo es real y no lo maneje bien al principio. Con el tiempo aprendí que no puedo estar en todo, y que la mejor forma de aprovechar mi experiencia es definir cuáles son las cosas que quiero profundizar y ser intencional con mi tiempo.

SOMOS POCOS pero locos

La comunidad latinoamericana es increíble y mis amigos más cercanos del MBA los encontré aquí. No importa de qué país vienen o donde hayan vivido, es impresionante lo fácil que es conectar con cualquiera de los latinos y sentirte en casa (a pesar de que no entiendan cada vez que digo “cachai” o “me tinca”). Algo que realmente me ayudó al inicio fue darme cuenta de que compartimos desafíos similares con el inglés, porque a pesar de que saque un buen GMAT, escribí muchos ensayos en inglés durante mi aplicación y hablo en inglés todo el tiempo… Aún hay días donde es difícil expresarme completamente en otro idioma. Si esto es algo que asusta a alguna lectora, déjenme ser muy clara con que ES NORMAL, a muchos les pasa y no es un impedimento para aplicar o disfrutar la experiencia a fondo.

Espero que este post les haya dado una nueva perspectiva del MBA. Es una mirada personal, y sé que cada caso es distinto. Lo que les puedo asegurar es que luego de un año en el programa,  estoy feliz y agradecida de haber decidido hacer un MBA. Estoy convencida también de que no es el único camino para triunfar como profesional, pero sí creo que para mi era la decisión correcta ya que me ha ayudado a crecer como persona, como profesional y ha ampliado mi visión y expectativa del mundo.

Si estás pensando en postular, tienes dudas del proceso o solo quieres conversar, contáctanos a [email protected],  @womenmbachile en IG o por LinkedIN para ayudarte en el proceso.

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